¿Yirmiyahu/Jeremías (¿?) ?

Yirmiyahu/Jeremías (¿?)

Los mesiánicos dirán que Jeremías profetizo sobre la devolución de las treinta monedas de plata por Judas Iscariote, a los sacerdotes, quienes compraron un campo, y según el evangelio de Mateo dice que el profeta Jeremías supuestamente dijo:

 “Y cogierón las treinta monedas de plata, un buen precio del que fue tasado, según la tasación de los Hijos de Israel, y las dieron para la parcela del Alfarero, como me lo ordeno ‘ה.

 (Mateo, versión Dutillet 27: 9)


Otra versión cristiana:
“Y pesaron mi salario, treinta piezas de plata ¡Noble suma con la cual fui digno de su estimación!” Así tasaron los cohanim de parte de los hijos de Israel y las dieron para el Sadei Damah, como había anticipado el Eterno”.
(Mateo Código Real 27:9-10)


La Respuesta judía:   Mateo mezcla dos historias y manipula:  confunde la historia de la compra de terreno de jeremías con un valor de 30 piezas de plata que aparece en el profeta Zacarías.
No obstante, manipula, las une y las presenta como supuestamente parte de Jeremías.
Jerónimo del siglo IV que escribió que un miembro de la secta nazarena le mostró un texto ‘apócrifo’ de Jeremías en el que la cita de Mateo podía encontrarse en su forma exacta. (Ver: Charles Cutler Torrey, The Apocryphal Literatura: A Brief Introducction (Yale University Press, New Haven, 1945), p18.).

Aun así, en toda la documentación encontrada en Qumran y en todos los manuscritos históricos de Jeremías, no ha aparecido algún texto que se asemeje a dicha cita imaginaria de mateo fabricada por los cristianos, de hecho Jerónimo pudo haber inventado la historia entre el nazareno (notzri) y él. La misma gente del Clero dice que se trata de Jeremías 32: 6-9, y como es usual los mesiánicos (cristianaos protestantes) siguen el ejemplo de los católicos analicemos si Jeremías dice tal cosa.

El profeta Yirmiyah en el cap. 19 1-13, solo hace referencia a una “botella de alfarero”, sin embargo este capítulo dice que el pueblo de Israel, han hecho avodah zara (idolatría), para enfocarse al culto popular (la creencia de ba’al), por eso que diga Yirmiyohu/Jeremías 19:1-13 dice:

“Así dijo el Eterno: ve y procúrate una botella de barro de alfarero, y toma de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes, y sale al valle de Ben Hinom, que está junto a la entrada del portal del oriente, y proclama allí las palabras que Yo te diré: y dí: Escuchad la palabra del Eterno Tzevaoth, el Elokim de Israel: He aquí que traeré el mal sobre este sitio, tanto que temblarán los oídos (percepciones) de quien lo oiga (entienda); porque Me han abandonado, y Me han enajenado este lugar, y han ofrecido sacrificios a otros dioses, a quienes ni ellos ni sus padres conocieron, ni los reyes de Yehudah, y han llenado este sitio con sangre de inocentes, han construido los altos de Baal, cosa que Yo no mandé, ni os hablé de ello, ni siquiera vino a Mi mente”.


Una vez más se ve que no existe relación alguna entre lo que tratan de demostrar los mesiánicos con textos proféticos que no existen.


Los mesiánicos también dicen que esto se trata de Yirmiyohu 32:6-9, en donde creen que también hace referencia a la supuesta profecía, sin embargo esta porción del Tana”j corresponde a una Haftarah, la cual a su vez esta enlazada con la Parashah BeHar Sinay (Vaicrá/Levítico 26: 3-27, 34), mientras que la Haftarah es en el libro de Yirmiyahu (32: 6-27), por lo cual tal sección es estudiada una vez al año por millones de judíos alrededor del mundo, por el mes de abril-mayo.

Veamos primeramente que dice el profeta Yirmiyah:


“Y contesto Yirmiyahu: “Me vino la palabra del Eterno diciendo: He aquí que Janamel hijo de Shalúm está en Anatoth, pues tuyo es el derecho de la redención [mishpat hagéuloh] para comprarlo. Así Janamel hijo de mí tío, vinpo a mí en el patio de la guardia conforme a la palabra del Eterno y me dijo: “Ruégote compres mi campo que está en Anatot, que está en la tierra de Binyamin, porque tuyo es el derecho de herencia y el de la redención. Cómpratelo para ti”. Supe así que era la palabra del Eterno. Y compré el campo que estaba en Anatot a Janamel hijo de mi tío, y lo pesé el dinero, siete shekalim y diez selahs de plata”.


La Toráh relacionando con la parasha (Lev 26:3-27, 34), nos ordena el cese de la agricultura en Eretz Israel cada siete años. Este "Shabat" de la tierra se denomina Shemitá. Después del séptimo año de Shemitá, en el año número cincuenta, se anuncia que es año de Jubileo (Yovel), con el sonido del shofar en Yom HaKippurim. Y este año también es un año en el que la tierra permanece inactiva. El Eterno promete darles a los israelitas una cosecha abundante antes de los años de Shemitá y Yovel, para proveerle sustento al pueblo judío. En el año de Yovel, toda la tierra retorna a la división original que poseía en tiempos de Yehoshua Bin-Nun, y se liberan todos los sirvientes judíos contratados, aunque no hayan completado seis años de servicio.


Al sirviente judío contratado no se le puede encargar ninguna labor degradante, innecesaria o extremadamente difícil, y no se lo puede vender en el mercado. El precio de su labor debe calcularse de acuerdo con la cantidad de tiempo que reste hasta que quede libre automáticamente. El precio de la tierra se calcula de un modo parecido. En caso de que alguno venda su tierra ancestral, tiene derecho a redimirla después de dos años. Si se vende una casa en una ciudad amurallada, el derecho de redención se extiende únicamente al primer año luego de la comercialización. Las ciudades de los levitas les pertenecen en forma permanente. Se le prohíbe al pueblo judío aprovecharse los unos de los otros prestando o pidiendo prestado dinero a interés. Los miembros de la familia deben redimir a cualquier familiar que haya sido vendido como sirviente contratado, a causa de haber empobrecido.


Sobre la Haftarah, Uno es que presenta un orden del Eterno a Yirmiyahu sabía que todo Erretz Israel estaba a punto de caer presa de los babilonios. ¿Qué necesidad había de redimir una propiedad que estaba a punto de ser capturada?


El Eterno le dijo a Yirmiyahu que por más grande que fuera la tragedia, por más largo que fuera el exilio, el Eterno finalmente redimiría a Su pueblo. La redención de esta propiedad no era algo meramente simbólico, pues con el tiempo el pueblo judío retornaría a su tierra para habitar en ella en paz. Esto nos enseña que cuando nos enfrentamos a la catástrofe, debemos conducirnos sin olvidar que el Eterno está dirigiendo el mundo y llevando a cabo todos los preparativos correspondientes.

Los cristianos tendrán que acudir al pasaje de Zacarías/Zejaryah al no encontrar una relación obvia con Yirmiyah, por lo cual invito a que se analice este pasaje del Tana”j.

Zejaryah 11: 12 dice:

“Y les dije: “Si pensáis, dadme mi salario; si no, no lo hagaías. Entonces pesaron por mi paga treinta piezas de plata. Y me dijo el Eterno: “Arrójalas en la tesorería de la Casa del Eterno porque es precio en que fui avaluado por ellos”. Tomé pues los treinta (siclos) de plata y los arrojé en la tesorería de la Casa del Eterno”.

Este es un pasaje lleno de poesía e imágenes alegóricas identifica a un pastor necio -que dejan morir a “las ovejas de la matanza” es decir, a los pobres del pueblo de Israel. La identificación de pastores malos en primer plano aparece desde luego en este mismo capítulo, en el verso 8 que dice:
“Y corte a los tres pastores en un mes, por cuanto mi alma se impacientó por ellos y sus almas también me odiaban”

Estos pastores son claramente los reyes (Yirmiyah 23:1), y en el contexto de Zejaryah, como de Yirmiyahu se tratan de reyes, con Zejaryah se identifica que se hable de los reyes:  Shalum, Yoshiyahu (Josías) y Conyahu (Jeconías o Conías), como aparece en el libro de Yirmiyohu 22: 10-30.
Con el verso 9 dice que el Eterno no dará su tutoría a estos pastores (reyes), sino cada quien caerá conforme a su mediada, retirando el atributo de noam (simpatía) (10) para deslindar el vínculo entre el reino del norte (Israel), y del reino del sur (Judá) (versos 10 y 14). El verso 11 dice que la simpatía fue anulada a los sectores más privilegiados (ricos) de ambos reinos, y los únicos que pudieron entender este significado fueron los pobres del pueblo, cuyo mensaje era la palabra del Eterno. Sobre el verso 12 el mismo profeta Zejaryah está hablando en primera persona, no está hablando en tercera persona, por eso que diga: “Y les dije”.  Sobre el precio de treinta siclos de plata (שלשים שקלים), esta relacionado con el precio de un esclavo (Sh’moth/Éxodo 21:32), por lo cual el profeta se está comparando como un esclavo, al mismo tiempo que el dinero está destinado al profeta y no a todo el pueblo de Israel. El verso 13 dice que el Eterno le ordena al profeta Zejaryah que las arroje en la tesorería de la Casa del Eterno, cuyo precio fue avalorado por el profeta, por su sueldo, NO por el sacrifico de un ser humano o una crucifixión. Tal dinero fue destinado para el profeta, tal como dice: “porque es el precio en que (yo) fui avalorado (valorado) por ellos (los pobres)”

Se deduce que los pobres valoraron el precio justo (su salario) del profeta (como esclavo), pues según el profeta son los únicos que entienden la palabra del Eterno (ver verso 11).  No está hablando que los sacerdotes hayan juntado esta suma por la redención de los hijos de Israel, por la entrega de un reo –como se piensa en los evangelios- Por el contrario el Profeta Zejaryah está hablando que el dinero destinado para él como esclavo, este ha de ir al tesoro del Templo, y esto tiene más sentido al saber que cuando dijo esto el profeta Zejaryah se empezaba la construcción del Beith HaMiqdash (Templo) tal como dice Ezrah 5:1-2:
“Y los profetas Jagay (Ageo) y Zejaryah (Zacarías) hijo de Iddo profetizaron ante los judíos que había en Yehudah y en Yerushalaim. Profetizaron en el Nombre del Elah Israel (Di-s de Israel).  Y levantóse Z’rubabel hijo de Shealti’el, y Yeshúa/Jesús (Jesúe) hijo de Yejotzadaq, y comenzaron a construir la Casa de Elaha’ (Di-s) que está en Irushlem (Jerusalén), y con ellos estabán los profetas [Hagay y Zejaryah] de Di-s ayudándoles”.

Ahora este dinero que exigía el profeta, no era para él, -como ya se ha mencionado- sino que este era para deposito del Tesoro del Templo, según leemos en la literatura rabínica, como en el Sha”s (Mishnah masejet Sheqalim 5:6) dice lo siguiente:
“En el Templo había dos cámaras, una cámara de los secretos, la otra cámara de los utensilios. En la cámara de los secretos, los temerosos del pecado depositaban en secreto (sus donaciones), y los pobres de buena familia se sustentaban a costa de aquellas [donaciones]. En la cámara de los utensilios arrojaban los utensilios todos los que querían hacer una donación voluntaria. Cada treinta días, los tesoreros la abrían. Todo lo dejaban. El resto era vendido y su valor se revertía a la cámara del tesoro del Templo”.

Ahora, conectemos lo que trataba de decir el profeta, en su tiempo y su contexto (económico, social, y político).  Los reyes (pastores) habían conducido al pueblo de una forma inadecuada, bajo un concepto egocentrista (Ver Yirmiyah 22:13-15) y tacaña, por lo cual el mensaje era enfocado no a la gente de arriba (los ricos) sino que estaría enfocado que fuera entendido por los pobres de la nación (ver Zejaryah 11: 11). La antigua administración (antes de la destrucción del Templo), se distinguió por su mezquindad económica y su egocentrismo de los reyes, el plan económico, administrativo ahora tendría que estar enfocado a la perspectiva y el entendimiento de los menos privilegiados (pobres) (Ibdem 11) para reconstruir el Templo, por lo cual el profeta estipula que los pobres hagan una donación para el tesoro del templo, para que este pase a ser conformado parte del tesoro del Templo y se sostenga ante la vista (administración) de un pastor necio (rey malvado) (Ibidem 13), por eso que diga después el profeta:
“Porque he aquí que levantaré un pastor [“rey”] en la tierra que no pensará en las (ovejas) aniquiladas, ni buscará a las que son jóvenes, ni sanará a las quebrantadas, no apacentará a las sanas, sino que comerá la carne de las gordas, y romperá las pezuñas en pedazos. ¡Ay del pastor inútil que abandona el ganado! Hiera la espada su brazo, y su ojo derecho; del todo se secará su brazo, y su ojo derecho será enteramente oscurecido”.

Después de la descripción de Josefo de la  lapidación por parte de los saduceos hacía Jacobo el “Justo” [יעקב הצדיק], los herodianos saquearon los diezmos de los sacerdotes pobres por parte de los principales sacerdotes ricos, Josefo  refiere a Salulus (Shaul =Pablo) como la persona que condujo el alboroto en Jerusalén.

Lo peor del caso es que Pablo habla a los herodianos residentes del Imperio Romano así como a los romanos (Rom. 13:1-2) lo siguiente:
“Todos deben someterse a las autoridades públicas, porque no hay autoridad que no haya establecido Dios. Las que fueron establecidas por él. Por tanto el que se opone a la autoridad [romana] se rebela contra lo que ha instruido dios, y los que obran así se condenan a sí mismos [bajo la legislación romana]”.

Seguramente ellos obedecieron al emperador, así como también ellos se inclinaron al Júpiter Capitolino de Roma para seguir las reglas del Imperio.
Si bien el mismo Pablo pudo haber pasado como el mal pastor descrito por el Profeta Zejaryah, tanto como hurtador, como asesino, y como asimilador a la cultura europea.
Para rematar la No-profecía que “cumplió” Judas Iscariote  sobre Yeshu, en los textos cristianos se contradicen en su leyenda:
“Entonces Judas, el que lo traicionó, viendo que había sido condenado, se arrepintió y restituyó las treinta piezas de plata, devolviéndolas a los principales de los sacerdotes y jueces lego tomados de entre el pueblo diciendo: “Pequé, entregando sangre inocente”. Pero ellos dijeron: ¡Que nos importa eso a nosotros? ¡es tu problema! Y arrojarando las piezas de plata en el atrio del Templo, se retiró y saliendo de allí, fue y se ahorcó. Mas los principales de los sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es legalmente apropiado recibirlas como parte del tesoro, por cuanto es precio de sangre”, y habiendo tomado consejo, compraron con ellas la Parcela del Alfarero y lo apartaron como cementerio para los turistas. Por lo cual fue llamada Sadei Damah, hasta hoy”
 -(Mateo  27: 3-5)

“Este (Judas Iscariote), pues con el salario de su iniquidad adquirió [él] un campo, y se colgó de su cabeza y estuvo hinchándose hasta que reventó y todas sus entrañas se le salieron. Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalem, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Aceldama, que quiere decir, Campo de sangre”.
(Hechos 1:18)
¿Qué aprendemos de esto?
1)     Que los sacerdotes nunca aceptaron las monedas.
2)     Que según Mateo los sacerdotes compraron el campo, pero Lucas en Hechos dice que lo compro Judas y se ahorco en este.
3)     Que según el Mateo más viejo el campo se llama Sadei Damah, pero Lucas dice que se llamaba Aceldama.

Por lo que sé, en arameo para decir Campo de Sangre es: D’dema Adma’ [דדמא עדמא] (ver: Peshitta Mathew 27:8) y en el arameo de Lucas es: Aceldama [אסלדמא], cuya palabra no significa nada, ni menos la palabra que trata de dar el Pr. Delitshz: Jakal Dema’ [חֲקַל ֹדְּּמָא], cuya palabra no es aramea, ni hebrea, de hecho para decir lo que tratar de decir es: Sedeh HaDam [שְֹדֵה הַדָּם ], no sé de dónde saca Mateo y Lucas el supuesto hebreo o arameo para decir tal cosa, o tal vez se trate de dos lugares distintos.
Aun así, el texto de Zacarías (no Jeremías, mateo) no es una profecía mesiánica y nada aplica a la historia de los evangelios.




NOTA DEL DOCUMENTO:
Los nombres  “Yesh”u” , “Jesús”, “Yeshúa”, “Yehoshua”, “Iehoshua”,  “Yeshu”… son nombres variables del mismo personaje.
Tomado de Blog Oraj-HaEmet.  Editado y resumido con permiso

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Sanhedrín 98b y el mashiaj como siervo sufriente?

El Mateo hebreo original

Yeshayah / Isaías 9:6-7