Bereshit/Génesis 49:10
Bereshit/Génesis 49:10
Los mesiánicos dirán que en Bereshit/Génesis 49:10, dice:
“He aquí que está escrito: "no se ha de apartar el cetro de Yehudhá... hasta que venga Shiló"
El cual según ellos es el Mashiaj. Ellos dicen que testimonio de la profecía es que Yehudáh tendrá fuerza (reinado) hasta la venida del Mashiaj que surge de él. Y que es por esto que hoy que no tenemos ni un cetro ni un solo legislador gobernando, ya que “ha venido el Mashiaj”, el cual proviene de su descendencia (de Yehudáh), a él le “pertenece el dominio”.
La Respuesta judía: "
"No es la intención del profeta formular que el reinado de la dinastía de Yehudáh no se anule en algún momento, sino que su propósito es decir que no se anulará por completo de él, es decir en todo lapso que exista monarquía en Israel le incumbe a Yehudáh por derecho. Si por causa de los pecados del pueblo se pausa la monarquía, cuando retorne retornará a Yehudá." (Cfr. Ramban, Comentario a Bereshit 49:10).
Una comprobación de lo anterior es el hecho que hubo muchos momentos, antes de la aparición de Yeshu, que se pausó la monarquía de Yehudá y de Israel, así es el caso de los setenta años del exilio en Babilonia en los cuales no hubo monarquía ni en Yehudá ni en Israel. Del mismo modo, durante la época del segundo Templo no reinó sobre Yehudáh sino Zerubabel y sus hijos (Zerubabel era hijo de Pedayá, hijo de Shaltiel, hijo de Yehoyakim, rey de Yehudá) (cf. Dibrey HaYamim A/ 1 Cro. 3:16-19). Zerubabel había pasado a ser el dirigente del exilio judío en Babilonia el año 52 de la destrucción del primer Templo, después de la muerte de Shaltiel. Durante el primer año del reinado de Kóresh (Ciro) retornó Zerubabel y Yehotzadak, Sumo Sacerdote, a Eretz Israel junto con multitud de exiliados y comenzaron la construcción del segundo Templo; estos trabajos fueron interrumpidos por Ajashverosh (Asuero) debido a la conspiración de Hamán. El año setenta de la destrucción del primer Templo, retornó Ezrá, el escriba, a Jerusalem y reanudó la construcción del Santuario, entonces descendió Zerubabel a Babilonia y murió allí, sucediéndole Meshulam su hijo; durante el gobierno de este último comenzó a expandirse el reinado de los griegos y se interrumpió la profecía de Israel, (era el año 3404 de la creación del mundo) y por un período de tiempo muy breve. Luego de él transcurrieron 380 años hasta la destrucción del segundo Templo, período durante el cual reinaron Cohanim, los hijos de los Hasmoneos y luego sus esclavos. Cuanto más si el pueblo está en el exilio, ya que si no hay pueblo, no podía haber rey.
"No es la intención del profeta formular que el reinado de la dinastía de Yehudáh no se anule en algún momento, sino que su propósito es decir que no se anulará por completo de él, es decir en todo lapso que exista monarquía en Israel le incumbe a Yehudáh por derecho. Si por causa de los pecados del pueblo se pausa la monarquía, cuando retorne retornará a Yehudá." (Cfr. Ramban, Comentario a Bereshit 49:10).
Una comprobación de lo anterior es el hecho que hubo muchos momentos, antes de la aparición de Yeshu, que se pausó la monarquía de Yehudá y de Israel, así es el caso de los setenta años del exilio en Babilonia en los cuales no hubo monarquía ni en Yehudá ni en Israel. Del mismo modo, durante la época del segundo Templo no reinó sobre Yehudáh sino Zerubabel y sus hijos (Zerubabel era hijo de Pedayá, hijo de Shaltiel, hijo de Yehoyakim, rey de Yehudá) (cf. Dibrey HaYamim A/ 1 Cro. 3:16-19). Zerubabel había pasado a ser el dirigente del exilio judío en Babilonia el año 52 de la destrucción del primer Templo, después de la muerte de Shaltiel. Durante el primer año del reinado de Kóresh (Ciro) retornó Zerubabel y Yehotzadak, Sumo Sacerdote, a Eretz Israel junto con multitud de exiliados y comenzaron la construcción del segundo Templo; estos trabajos fueron interrumpidos por Ajashverosh (Asuero) debido a la conspiración de Hamán. El año setenta de la destrucción del primer Templo, retornó Ezrá, el escriba, a Jerusalem y reanudó la construcción del Santuario, entonces descendió Zerubabel a Babilonia y murió allí, sucediéndole Meshulam su hijo; durante el gobierno de este último comenzó a expandirse el reinado de los griegos y se interrumpió la profecía de Israel, (era el año 3404 de la creación del mundo) y por un período de tiempo muy breve. Luego de él transcurrieron 380 años hasta la destrucción del segundo Templo, período durante el cual reinaron Cohanim, los hijos de los Hasmoneos y luego sus esclavos. Cuanto más si el pueblo está en el exilio, ya que si no hay pueblo, no podía haber rey.
Además está escrito: "Hasta que venga Shiló" (Br’eshit 49:10), se refiere a su hijo, ya que "Shiló" proviene de "Shiliá" [hebr. Placenta], indicando que nacerá como el resto de los seres humanos dentro de una placenta. Y si hubiese sido engendrado por un espíritu divino no hubiera sido descendiente de Yishai (Isaí), incluso que hubiera permanecido en el vientre de una mujer de su familia, tampoco hubiera heredado ningún reinado, ya que las mujeres no heredan el reino, según la Toráh [Cfr. Masejet Babá Batrá115b], además David sólo tuvo hijos varones.
Sobre la ascendencia del Mashiaj dice el Maimónides (Rambam) (Introd. al Cap. Jélek, Sanhedrín) en el artículo trece:
"No ha de haber un rey para Israel sino de la familia de David, descendiente de Shlomóh únicamente y todo el que discute contra esta familia, reniega de la fe en Dio-".
(Cfr. R. Yehudá Aryeh de Modena, Maguén VaJéreb, edit. Mekizey Nirdamim pag. 53)
Agrega que no existe duda que el Mashíaj ha de proceder de un descendiente del rey Shelomóh; así a David le fue comunicado que el pacto divino ha de continuar en su descendencia (Cfr. Shemuel Beit /II Sam. 7:12); siendo que recaerá sobre aquel que construya el Templo (Cfr. Ibíd. 7:13), lo cual realizó Shlomóh; de tal modo el profeta declara sobre éste último: "Será fiel tu casa y tu reinado para siempre..." (Ibíd. 7:15-16).
Sin embargo, una de las genealogías de Yeshu traídas en los escritos cristianos/mesiánicos (Cfr. Lucas 3:23-38) lo hace descendiente de David por medio de su hijo Nathán, lo cual junto a otras contradicciones hacen muy dudosa la veracidad de tales escritos. Los teólogos cristianos, y hoy los mesiánicos, trataron de responder esta interrogante, más no han podido ponerse de acuerdo entre sus evangelios y mucho menos los han puesto de acuerdo con el listado genealógico del Tanaj. Hasta Tomás de Aquino (Summa Teologica III, q. 31, art. 3) optó por guardar silencio sobre este problema, y hasta el momento los mesiánicos no han podido responder tampoco de forma seria.
NOTA DEL DOCUMENTO:
Los nombres “Yesh”u” , “Jesús”, “Yeshúa”, “Yehoshua”, “Iehoshua”, “Yeshu”… son nombres variables del mismo personaje.
Tomado de Blog Oraj-HaEmet. Editado y resumido con permiso
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