El perdón de pecados a través del Tanaj
El Perdón de pecados a través del Tanaj
El
tema de la expiación y los pecados es algo que atraviesa el texto del Tanaj en
numerosas ocasiones a lo largo de todas las épocas que él recoge entre sus
libros. Durante el recorrido vemos una
serie de rituales, objetos e incluso animales que son usados en medio de las
liturgias o procesos de expiación y perdón, que van desde el campo individual
(las faltas cometidas por cada uno) hasta el campo colectivo como es el caso de
Iom Kipur.
La
idea de que la sangre es el único medio para perdón es errada, y corresponde a
una lectura cristiana fruto de la malinterpretación en la cual toman un par de
textos, los sacan de contexto y los vuelven un pretexto. Obviamente dicha visión sesgada quedó
consignada en los libros cristianos (cartas epístolas) y dado que el lector
cristiano considera que éstos escritos son inspiración divina, no se permite a
sí mismo dudar de dicho error, sino que lo transmiten como algo cierto
desconociendo lo que en realidad dice el Tanaj y lo que enseña el judaísmo.
Miremos varios ejemplos en el Tanaj que
demuestran que sin sangre animal se conseguía plenamente expiación y perdón de
pecados:
1. La Torá indica que los sacrificios animales no eran los
únicos aceptados para perdón de pecados:
“Mas
si careciere de recursos (incluso) para dos tórtolas o dos palomillas, entonces
llevará como ofrenda por lo que pecó un décimo de una efá de flor de harina
como ofrenda por pecado, mas no pondrá sobre ella aceite ni colocará sobre
ella incienso, pues es una ofrenda por pecado.
Y la traerá el Cohén y el Cohén recogerá un puñado tridigital como su
parte memorial y hará que se eleve el humo en el Altar, sobre los fuegos de
Hashem: una ofrenda por pecado es. Y la
persona obtendrá finalmente expiación por el pecado que cometió respecto de uno
de estos asuntos, y le será perdonado…”.
Vaicrá / Levítico 5:11-13
2. 2. El ketoret (incienso) sirvió para expiar:
“Y tomó Aharón como habló Moshé, y
corrió al seno de la congregación, y he aquí que ese había desatado plaga entre
el pueblo, y puso incienso y expió por el pueblo”
Bamidbar / Números 17:12
3. En otras ocasiones incluso se aceptan tesoros como expiación:
“por
lo que hemos acercado una ofrenda a Hashem, de lo que cada hombre halló, objeto
de oro, ajorca o brazalete, anillo, arete o broche, para expiar por nuestras
personas ante Hashem”
Bamidbar / Números 31:50
4. Isaías
el profeta tuvo su pecado borrado por un carbón vivo:
“Voló hacia mí uno de los serafines, y en
su mano una brasa, que con las pinzas había tomado de sobre el altar. Y tocó (con ella) a mi boca, y dijo: He aquí
esto han tocado tus labios, (así), se quitará tu pecado y tu falta estará
expiada”
Ieshaiá / Isaías 6:6-7
La Torá
incluso declara que, sin altar, sin mishkán (tabernáculo), sin Bet Hamikdash
(Templo) y sin altar, de igual forma D-s nos escucha los rezos y está siempre
dispuesto a recibirnos lleno de misericordia:
“Buscarán desde allí (exilio) a Hashem,
tu D-s, y lo hallarás, si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu
alma”
Devarim / Deuteronomio 4:29
Es por eso
por lo que cuando el rey Shlomó (Salomón) inaugura el primer Templo su discurso
sigue estos conceptos de la Torá y declara que basta un arrepentimiento sincero
para que el perdón esté asegurado:
“Toda plegaria, toda súplica que
hiciere toda persona o todo tu pueblo Israel, cuando sepa cada uno la herida de
su corazón, y extendiera sus manos hacia esta Casa, entonces Tú oirás desde el
cielo, residencia de tu morada, y perdonarás, harás y darás a cada uno conforme
a sus caminos, pues Tú conoces su corazón, porque únicamente Tú conoces el
corazón de todos los hijos del hombre”
Melajim Alef / 1° Reyes 8:38-39
Incluso aún
sin Templo y en medio del exilio, basta con hacer tshuvá, arrepentirse y rezar:
“y si pecaren delante de ti, porque no
hay hombre que no peque, y te encolerizares con ellos y los entregares delante
del enemigo y los lleven cautivos sus apresadores a la tierra del enemigo,
lejana o cercana; y reconozcan en su corazón en la tierra que fueron llevados
cautivos allí y retornaren y te suplicaren en la tierra de sus apresadores
diciendo: “pecamos y cometimos iniquidad, cometimos maldad” y retornaren a ti
con todo su corazón y con toda su alma en la tierra de sus enemigos que los
llevaron cautivos, y te rueguen hacia su tierra que entregaste a sus padres, la
ciudad que has elegido y la casa que construí para tu nombre, entonces oirás en
los cielos, residencia de tu morada, su ruego y su súplica y harás su justicia,
perdonarás a tu pueblo que había pecado, y toda rebelión que se haya
rebelado contra ti y les otorgarás piedad delante de sus apresadores y
éstos se apiadarán de ellos, porque tu pueblo y tu heredad son ellos, que
sacaste de Egipto de en medio del crisol de hierro. Que estén tus ojos abiertos a la súplica de
tu siervo y a la súplica de tu pueblo Israel para oírles en todo lo que te
invoquen ya que Tú los has apartado para ti por heredad de entre todos los
pueblos de la Tierra como dijiste por medio de Moshé tu servidor cuando sacaste
a nuestros padres de Egipto, oh, Mi Señor, El Eterno”
Melajim Alef / 1° Reyes 8:46-53
Afirma el
mismo pasaje que tal cercanía divina no es solo para nosotros los judíos, sino que
todas las personas del mundo también son escuchadas y amadas por D-s:
“Y también el extranjero que no es de tu pueblo Israel, y viniere de una
tierra lejana a causa de tu nombre; porque ellos oirán tu gran Nombre tu mano
fuerte y tu brazo extendido, y viniere y rogare hacia esta Casa, Tú oirás en
los cielos, la residencia de tu morada, y harás conforme a todo lo que te
pidiera el extranjero; para que conozcan
todos los pueblos de la tierra tu nombre para que te teman como te teme tu
pueblo Israel y para que sepan que tu nombre está llamado sobre esta casa que
he edificado”
Melajim Alef / 1° Reyes I 8:41-43
Para el
perdón basta con hacer tshuvá, esto es, regresar con sinceridad al bien y
arrepentirse del mal que uno hizo para cambiar y no volver a hacerlo más:
“pero si se humillare mi pueblo sobre
el cual está llamado mi nombre sobre ellos, rogaren y buscaren mi rostro y
retornaren de sus malos caminos, entonces Yo oiré desde los cielos, perdonaré
sus pecados y sanaré su tierra”
Divre Haiamim Bet / 2° Crónicas 7:14
Es por eso
por lo que el profeta Hoshea (Oseas)dice que los rezos, los ruegos con nuestra
boca reemplazan incluso los sacrificios:
“Lleven con ustedes palabras de
confesión y retornen al Eterno. Digan a
Él: Perdona toda iniquidad, y considera el bien, y reemplazaremos los
terneros (de sacrificios) por el fruto de nuestros labios”
Hoshea / Oseas 14:3
Aunque
los sacrificios eran solo uno de los métodos usados en medio de los rituales
por los cuales una persona ponía de manifiesto su intención de ser perdonada,
hemos visto que no eran centrales ni únicos para tal fin, que incluso con
harina y otras cosas bastaba también para demostrar de forma física el cambio
de actitud y el arrepentimiento humano;
lo que sí es esencial en el arrepentimiento y retorno al bien, es
precisamente eso: que exista una labor interna de reflexión y un compromiso de
cambio. Sin esto, todo lo demás es vano. Sin esto, todas las expresiones físicas
carecen de sentido:
“Entonces ¿con qué iré a complacer al
Eterno, me doblegaré al D-s Altísimo? ¿acaso iré a complacerlo con holocaustos
de terneros de un año? ¿acaso desea el Eterno
miles de carneros con miríadas de arroyos de aceite? ¿acaso entregaré mi
primogénito por mi delito, el fruto de mi vientre por el pecado de mi alma? te
diré, ser humano, qué es lo bueno y que el Eterno requiere de ti: proceder con
justicia, amar la benevolencia y encaminarte recatadamente delante de D-s”
Mijá / Miqueas 6:6-8
“Sacrificio y oblación no has deseado, sino oídos me has abierto; holocausto
y ofrenda por pecado no has pedido”.
Tehilim / Salmos 40:7
“Hacer justicia y justicia
es preferible para Hashem, antes que sacrificio”
Mishlé / Proverbios 21:3
“Porque piedad
deseo en vez de sacrificios, y conocer a D-s en vez de holocaustos”
Hoshea / Oseas 6:6
“Rogará a D-s y Él lo aceptará y verá
su rostro con júbilo y recompensará al hombre por su rectitud.”
Iov / Job 33:26
“Apártate del mal, y haz
el
bien; busca la paz, y síguela”.
Tehilim / Salmos 34:15
“Cercano está Hashem á los quebrantados de corazón; y salva a los oprimidos de espíritu”.
Tehilim / Salmos 34:19
“El que encubriere
sus transgresiones no prosperará; mientras que el que reconoce y abandona
el delito es compadecido”
Mishlé / Proverbios
28:13
“Con favor y verdad será
expiado el pecado, y con el temor al Eterno (la persona) se aparta del mal”
Mishlé / Proverbios 16:6
“Piadoso y
misericordioso es Hashem paciente y de gran misericordia. Bueno es Hashem para
con todos, y su misericordia está sobre todas sus obras… Cercano está Hashem a todos los que lo
invoquen, a todo el que lo invoque de verdad. La voluntad de los que le temen
hará, y a sus clamores oirá y los salvará”
Tehilim / Salmos 145:8-9 y 18-19
Además de los
argumentos presentados y de la evidencia de los versos citados, hay que
comentar algo adicional y es que el concepto según el cual D-s precisa de un
sacrificio humano para perdonar a la humanidad es algo impensable para nosotros
como judíos. Un D-s amoroso, bondadoso,
que nos recibe con manos abiertas a todos y que está dispuesto a que toda
persona acceda a él libremente, no es un tipo de monstruo cósmico ni está
enojado o separado de la humanidad como para tener que darle la sangre de un
ser humano para lograr su favor. Tal
figura de D-s corresponde quizá a otros dioses y a otras civilizaciones, pero
no al judaísmo, ni al Tanaj. No es en
vano que una de las prácticas idolátricas que la Torá nos prohíbe sea el
sacrificio humano.