Uso de "Alef-Tav" en traducciones mesiánicas: un ejemplo de confusión misionera
Por Fabián Sepúlveda Morales
"En el principio Elohim Alef-Tav creó los Cielos y la Tierra…"
Así como en éste, hay otros versículos donde se usa el mismo estilo, donde se vierte al español “Alef-Tav”, de forma similar al “Alfa y Omega” presente en el NT.. Por ejemplo:
" Y Elohim Alef-Tav constriñó dos grandes maldiciones en la lumbrera mayor, Alef-Tav, para dominio del día, y en la lumbrera menor, para dominio de la noche" (Génesis 1:16, Biblia Textual 4a edición)
Este recurso, por otro lado, también es empleado en traducciones mesiánicas como la "Biblia Kadosh Israelita Mesiánica" de Diego Ascunce:
"En el principio[1] Elohim Alef-Tav[2] creó los cielos y la tierra." (Génesis 1:1, Biblia Kadosh Israelita Mesiánica)
Pero, ¿es un acierto su uso cuando se traduce el Tanaj al español o cualquier otro idioma? ¿Tiene alguna base en la tradición textual judía (incluso cristiana) al traducir el texto? La respuesta es un NO rotundo.
En el sitio web de la Sociedad Bíblica Iberoamericana se indica respecto a la cuarta edición de la BTx lo siguiente:
"IV Edición
Esta Edición constituye el aporte más significativo en la restauración del Texto Sagrado, particularmente en lo que compete al texto hebreo del Viejo Pacto.
Siguiendo fielmente el estilo de traducción de anteriores Ediciones, la Biblia Textual está basada en el mejor texto crítico disponible, según los avances de la Biblia Hebraica Crítica evaluada conforme a los cuatro principales testigos que son:
el Texto Masorético,
el Pentateuco Samaritano,
la Septuaginta y
los manuscritos del Desierto de Judea...
Fiel a sus predecesoras, la IV Edición, ha sido realizada bajo la insuperable disciplina de Traducción Contextual, que expresa, sin compromisos, no lo que el Autor Sagrado pudo haber dicho, sino lo que Él dice en hebreo, arameo y griego..."
De acuerdo con lo anterior, esta traducción representa una herramienta útil para comprender lo que Dios intentó transmitir a través de los escritores bíblicos, y está basada en el mejor texto crítico disponible, considerando fuentes clásicas de la antigüedad, asumiendo, de esa forma, un perfil restauracionista a la hora de presentar su trabajo de traducción. Sin embargo, es necesario señalar que, incluso en las ediciones anteriores de la Biblia Textual, no se hacía uso de la expresión "Alef-Tav" . En ese sentido, la cuarta edición representa una innovación y en realidad no es algo fiel a sus predecesoras, ni tampoco a la tradición textual bíblica como alegan sus autores. Un ejemplo, en la 3era edición, en Bereshit 1:1,16, dice lo siguiente:
"En un principio creó ’Elohim los cielos y la tierra...E hizo ’Elohim las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para regir el día, y la lumbrera menor para regir la noche..." (Génesis 1:1,16, BTx, 3ra edición)
Génesis 1:27, en la cuarta edición, se traduce de la siguiente forma:
“...Y Elohim Alef-Tav creó al hombre a su imagen: A imagen de Elohim los creó, macho y hembra los creó…”.
Mientras que en la 3ra, se lee: “Y creó ’Elohim al hombre a su imagen, a imagen de ’Elohim lo creó, macho y hembra los creó.”
Puede verse que hay diferencias entre ambas ediciones, entonces, ¿en qué me baso para afirmar que la cuarta edición incurre en algo innecesario e incluso arbitrario y sin base en la tradición interpretativa? La respuesta es simple: en el texto hebreo y las reglas gramaticales del mismo idioma.
El texto hebreo de Génesis 1:1 dice lo siguiente:
בְּרֵאשִׁית, בָּרָא אֱלֹהִים, אֵת הַשָּׁמַיִם, וְאֵת הָאָרֶץ
Lo anterior se lee de la siguiente forma:
"Bereshit bará Elohim et hashama'im v'et ha'aretz"
Lo que está en negritas en el texto hebreo es lo que en la traducción BTx 4a edición se ha insertado al español como "Alef-Tav" y que corresponde a la partícula אֵת (et). Respecto a esto, hay que señalar algunas observaciones:
Al introducir el término "Alef-Tav" en la traducción de la BTx 4a edición no se translitera el mismo (et), sino que se el nombre de las letras que lo conforman y se hace solo en algunos casos. Así, por ejemplo, en Génesis 1:1 se inserta en uno de los dos casos en los que aparece en este versículo: a saber, previo a la expresión הַשָּׁמַיִם (hashama'im, los cielos), pero no antes de הָאָרֶץ (ha'aretz; la tierra), presente al final del versículo, aun cuando la partícula también aparece allí, asumiendo que "Alef-Taf" ("et" en realidad) se usa en relación con Elohim en el usado por ellos. Este selectividad es explicada por los traductores de la BTx de la siguiente forma en las notas especiales del texto:
“ Alef-Tav… Cuando se define, la partícula את corresponde al fenicio, entendiéndose como esencia/existencia. A este precioso significado, y a su relación como primera y última letra del alefato (alfabeto hebreo) con AΩ, se le ha adjudicado tan poco énfasis, que hoy meramente se reconoce como una simple marca de acusativo (nota acusativi). Ocurre 7.372 veces, de las cuales 44 están relacionadas con Elohim. La transliteración del nombre de las letras de este morfema (את) Alef-Tav en Gn. 1.1,16,27;2:8,15;3.24;9.6;22:13;29.25;31.12; Ex. 14,21,25,31;20.1; Ec. 12.1 y Zac. 12:10 es teológicamente obligatoria”. (énfasis añadido por mí).
De esta forma, la justificación empleada por ellos es que el morfema “et” viene del fenicio y se entiende como esencia/existencia, pero que, pese a ello, hoy en día solo se reconoce como una simple marca de acusativo, pasando por alto los casos en que su uso es teológicamente obligatorio. La verdad, sin embargo, es otra: históricamente la partícula את ha sido interpretada como un marcador de objeto definido por autores cristianos y judíos por igual. Eso, tanto en las traducciones cristianas como judías del texto hebreo es notorio. Así, por ejemplo, en la Septuaginta, los traductores de la Torá vertieron el texto hebreo de Génesis 1:1 al griego de la siguiente forma:
᾿Εν ἀρχῇ ἐποίησεν ὁ θεὸς τὸν οὐρανὸν καὶ τὴν γῆν
Pese a la relevancia señalada por los traductores de la BTx a la partícula “et”, que consideran como teológicamente obligatoria de transliterar en ciertos textos, resulta interesante que no se ven siquiera transliteraciones al griego bajo la forma AΩ (Alfa-Omega, equivalente griego de Alef-Tav), ni tampoco el uso semántico del término atribuido por los autores como “esencia” o “existencia”. En lugar de eso, θεὸς (Theos, el griego para אֱלֹהִים) es sucedido por el acusativo masculino τὸν, que precede a οὐρανὸν (los cielos) y luego se hace uso de τὴν, acusativo singular femenino que precede a γῆν (la tierra). En cada uno de los casos donde la introducción de Alef-Tav se supone obligatoria, los traductores de la Septuaginta asumieron que correspondía a un marcador y no se ven indicios de interpretación similar a la propuesta por los traductores de la BTx en la cuarta edición.
Sin ir más lejos, en Génesis 1:27, donde el texto hebreo dice וַיִּבְרָא אֱלֹהִים אֶת-הָאָדָם , la Septuaginta lee:
καὶ ἐποίησεν ὁ θεὸς τὸν ἄνθρωπον
“Y Dios hizo al hombre…”
Nuevamente, los traductores griegos entendieron la partícula hebrea אֶת como el acusativo τὸν, para referirse a quien fue creado por Dios, es decir, al hombre y nunca se asume que fuese esencia que le atribuyen, ni menos como una alusión al concepto de que Dios fuera el “Alfa y Omega”.
Dentro de las traducciones cristianas de la antigüedad, la Vulgata fue una de las que tuvo más relevancia. Al leer el texto, nuevamente vemos que se omite la transliteración de “Alef-Tav”, la cual, supuestamente es de suma relevancia teológica en la traducción:
“In principio creavit Deus cælum et terram" (Génesis 1,1 en La Vulgata)
Algo relevante es que, ni en los escritos patrísticos, ni en los comentarios rabínicos clásicos que consideran la gramática (como el de Ibn Ezra), el sentido llano (por ejemplo, RaShI) o el sentido místico (Zohar) del texto hebreo, jamás hacen mención a lo que los traductores de la BTx en su cuarta edición indican apelando al fenicio. En el Zohar, por ejemplo, muchas veces se recurre a explicaciones místicas sobre el uso de las letras hebreas, con su valor numérico y asociación con ciertos conceptos, pero nunca se hace con el uso de la partícula “et” en relación con Dios mismo.
En ninguna de las traducciones clásicas de la antigüedad, ni en las traducciones actuales del texto bíblico (académicas especialmente) se ha entendido el uso de dicha partícula en los versículos indicados como “esencia/existencia”, sino como un indicador del objeto definido que complementa la acción verbal, que no tiene traducción en muchos casos y que no guarda relación con un atributo divino. En ese sentido, contrario a afirmaciones de los traductores (por ejemplo, “... se le ha adjudicado tan poco énfasis, que hoy meramente se reconoce como una simple marca de acusativo”), se puede ver que desde la antigüedad ya tenía esa connotación y nunca se asumió la lectura alegada por ellos..
Entonces, ¿qué función cumple ese "alef-tav" que aparece en el texto hebreo? El "Alef-Tav" mencionado por los traductores no es una transliteración de la expresión hebrea. De serlo, la lectura sería “Elokim et” o “Elokim eth”, que sería la forma de transliterar la expresión cuando acompaña a Elokim en el texto bíblico. En segundo lugar, pese a argumentar que su traducción está respaldada por un texto crítico construido a partir de una “insuperable” disciplina de tradición contextual, los traductores en modo alguno se respaldaron en la tradición textual o exegética del texto bíblico, que se puede pesquisar en traducciones o fuentes como la Septuaginta, el Targum (traducción libre- al arameo del texto bíblico), Talmud,etc, sin demostrar que la partícula no fuese empleada por los autores bíblicos para indicar el objeto o complemento directo o que tuviera un sentido distinto al ser usada en relación con Dios en los 16 textos en los que según ellos es “teológicamente necesario”.
Muy por el contrario, es la tradición textual la que refuta dicha pretensión. Así, en cada uno de estos pasajes traducidos al griego, se evidencia que la partícula apunta al objeto o complemento directo y nunca toma el sentido de “esencia”.
Finalmente, en más de la mitad de las citas (11 de 16) donde se indica que el uso de Alef-Tav es teológicamente necesario, en el texto hebreo se hace uso del “maqqef”, signo horizontal que indica la relación sintáctica entre dos términos. Dicha relación es explicada de la siguiente forma en el libro “Learning to read Biblical Hebrew: an Introductory Grammar:
Traducción:
4A MAQQEF
Cuando dos o más palabras están estrechamente enlazadas en significado, pueden unirse mediante el símbolo - que es llamado un maqqef (מקף= ligazón).
En מֶלֶךְ-יִשְׂרָאֵל (“rey de Israel [1 Sa. 29:3) un maqqef enlaza dos sustantivos, formando una frase genitiva.
En עַל-הָאָרֶץ (“sobre la tierra” [Ge. 1:11]) un maqqef enlaza una preposición (עַל=”sobre”) y un sustantivo (הָאָרֶץ= la tierra), formando una frase preposicional.
En וַיְהִי-בֹקֶר (“y fue mañana [Ge. 1:5]), un maqqef enlaza un verbo ( וַיְהִי= “y fue”) y un sustantivo predicado ( בֹקֶר=mañana), formando una cláusula verbal.” (Ellis R. Learning to read Biblical Hebrew: an Introductory Grammar,p. 32)
Así, por ejemplo, en Génesis 1:16, el maqqef es usado en relación con las dos grandes luminarias creadas por Dios:
וַיַּעַשׂ אֱלֹהִים אֶת-שְׁנֵי הַמְּאֹרֹת הַגְּדֹלִים
"...E hizo Elokim las dos grandes luminarias…” (Génesis 1:14)
Nótese que en este caso, la partícula et es inmediatamente acompañada de un maqqef que antecede a la expresión “shení ha’orot hag’dolim” (“las dos grandes luminarias”), lo que indica su relación con ellas y no con Elokim, como señala la traducción 4° edición de la BTx, donde en un principio recurren al uso de “Alef-Tav” como una alusión a Dios:
“...Y Elohim Alef- Tav constriñó dos grandes maldiciones..." (Génesis 1:16, BTx, 4ta edición)
Posteriormente, en dicho texto hebreo se vuelve a utilizar el maqqef en otras dos ocasiones, en una de las cuales los traductores de la cuarta edición de la BTx vuelven a emplear “Alef-Tav” como parte de la divinidad.
אֶת-הַמָּאוֹר הַגָּדֹל לְמֶמְשֶׁלֶת הַיּוֹם וְאֶת-הַמָּאוֹר הַקָּטֹן
לְמֶמְשֶׁלֶת הַלַּיְלָה וְאֵת הַכּוֹכָבִים (Texto Masorético)
“...la luminaria mayor para regir el día y la menor para regir la noche, y las estrellas”. (Traducción al español)
“...en la lumbrera mayor, Alef-Tav, para dominio del día, y en la lumbrera menor, para dominio de la noche” (BTx, 4 edición)
En la tercera edición, sin embargo, la traducción sí toma en cuenta la presencia del maqqef y el versículo traducido conforme a las reglas gramaticales del hebreo y no de acuerdo a especulaciones teológicas. Curiosamente, los traductores de esta edición, al igual que Diego Ascunce en la Biblia Israelita Kadosh Mesiánica parecen desconocer algo que es parte de la gramática hebrea y que ayuda a entender mejor el significado de los textos
Es preciso señalar, además, la poca acertada traducción de “me’orot” como “maldiciones” en el versículo citado, apelando a que la expresión está escrita como “me’erot” en los fragmentos 4Q7 y 4Q10 de Qumrán, que contienen los mss. más antiguos existentes del texto hebreo y que la preferencia por esta lectura no es solo por dicha antigüedad, sino por su contenido teológico, además de explicar más adelante que la luminaria mayor, sería Alef-Tav, identificada como Jesús, mientras que la menor sería el Lucero (“Lucifer”) que se rebeló contra el Eterno. Dicho de otra forma, tejieron todo un entramado inexistente en el texto de Génesis, omitiendo las reglas del hebreo. Peor aún, pese al alegato de la relación teológica de dicha elección, lo interesante es que jamás alguna traducción de la antigüedad, judía o cristiana, como la Septuaginta, la Peshitá, el Targum,etc, muestra dicha lectura.
REFERENCIAS CONSULTADAS:
- Biblia Textual, 4° edición, disponible en: https://btx4-juan.sociedadbiblicaiberoamericana.net/01-genesis/c/0/i/13383570/capitulo-01
- Biblia Kadosh Israelita Mesiánica, disponible en: https://www.bibliatodo.com/la-biblia/kadosh-israelita-mesianica/genesis-1
- Biblia Textual, 3° edición, disponible en: https://www.bibliatodo.com/la-biblia/Textual-3a-edicion/genesis-1
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