Abraham y sus tres invitados: ¿la trinidad, Jesús junto a dos ángeles o una manifestación humana de D-os?: Respondiendo a los alegatos misioneros



Por Fabián Sepúlveda Morales

Uno de los textos más complejos y citados por grupos cristianos misioneros como prueba de la divinidad y preexistencia de Jesús, está en la Parashat Vayerá en Génesis 18.
 Los versículos previos a ella (Gén 17:23-27), nos informan acerca de la circuncisión de Avraham, Ishmael y todo los hombres de su casa, como le fuera ordenado al patriarca con anterioridad (Génesis 17:9-14).  Inmediatamente después de este relato, inicia la Parashat Vayerá. En medio del calor y  poco después de haber sido circuncidado,  vemos al patriarca en su tienda en el encinar de Mamré, donde se le aparecen tres hombres, a los cuales él recibe con suma reverencia  y hospitalidad. Después de esto, los tres hablan con él como si fueran D-os mismo, especialmente el que permanece  una vez que los otros dos se dirigen hacia Sedom, y ante él intercede por sus habitantes.
 Por un lado, están aquellos  cristianos que ven en los tres hombres una manifestación del dios triuno, es decir,  Padre, hijo y espíritu santo materializados ante Avraham y su esposa. Por el otro, hay quienes señalan que dos de ellos eran ángeles (Génesis 19:1) que acompañaban a Jesús, quien le informa a Avraham y Sara sobre el nacimiento de Itzjak  y a quien Avraham intenta disuadir de destruir Sedom y Amorá.


Un ejemplo de las posturas expuestas arriba, se encuentra en el sitio web del misionero cristiano Daniel Marenco *1, donde se afirma lo siguiente:
…Uno de esos diálogos del D’os trino es con Abraham y se encuentra en Bereshit (Génesis) capítulos 18 y 19:
Moisés narra esta historia, él escribió Bereshit…
La manifestación de YHVH consiste en TRES VARONES que aparecen a Abraham y cuando los ve sale a recibirlos y los ADORA (A los tres, ver. 2 ).
Se dirije a ellos en singular como Señor ( Adon, ver.3 ); entonces recibe la RESPUESTA DE LOS TRES ( ver.5 ) Y ellos dijeron: Haz así como como has dicho.
Si D’os solo ES UNO la respuesta a Abraham tendría que haber sido en singular de parte del Señor, se tendría que leer así en el ver. 5: El dijo… sin embargo recibe la respuesta de D’os en plural dando a entender que los TRES son el mismo D’os...”
1.

De acuerdo con esto, los tres varones que se aparecen a Avraham son en realidad el dios triuno en apariencia humana, al cual recibe y ante el cual el  patriarca se postra, en señal de adoración. Ve, además el  título “Señor”, como si se aplicase a los tres varones y que éstos, a su vez, responden en  plural, y confirmando con ello el ser una manifestación del Eterno, en la cual, pese a ser tres en apariencia, son en realidad uno mismo.

Una lectura superficial, sin estar familiarizados con la cultura oriental, el Tanaj o la historia antigua,  hace aceptables los argumentos presentados por Marenco  y perfectamente válidos, siendo este texto prueba de la trinidad en el Tanaj o, por lo menos, de la preexistencia de Jesús, que se materializa como uno de los tres visitantes previo a su concepción virginal a través de María.

Sin embargo, una lectura detallada de este y otros pasajes del Tanaj, echa por tierra la premisa que atribuye divinidad a los tres varones,  y que son en realidad מלאכים  )malajimmensajeros-) al servicio del Eterno, con tareas específicas a cumplir en su visita a Avraham y Sara.
El siguiente análisis será hecho a partir del Tanaj y sólo recurriré a la tradición rabínica en aquellos aspectos vinculados al texto propiamente dicho, más que a su interpretación.


La visita de los tres hombres

En Génesis 18, a grosso modo, podemos distinguir dos ejes temáticos:
·         Génesis 18:1-15,  se enfoca en la anunciación del nacimiento de Itzjak.
·         Génesis 18:16-33, por otro lado, anuncia la destrucción de Sedom y Amorá.

A su vez, se  pueden establecer contrastes evidentes entre Bereshit 18 y Bereshit 19, concretamente, entre Avraham y Lot. Por ejemplo, mientras que Avraham corre a recibir a sus invitados y los reverencia, Lot se levanta para ir hacia ellos y luego los reverencia. De igual forma, mientras el primero prepara un banquete para recibirlos, el segundo, les ofrece panes ácimos –probablemente por su mayor rapidez en la cocción, que era necesaria dadas las circunstancias en que tiene lugar el encuentro con los mensajeros celestiales-, estableciendo así una diferenciación entre la hospitalidad de Avraham con la de su sobrino Lot 2.
La Parashat Vayerá inicia con las siguientes palabras:


Y se le apareció a él el Eterno en el encinar de Mamré, y estaba sentado a la puerta de su tienda,  al calor del día” (Génesis 18:1)

Recordemos que esto tiene lugar luego de la circuncisión de Avraham y los hombres de su casa y, por ende, es en un momento en el cual la herida producto de la misma se encontraba en  proceso de recuperación.  El patriarca, de casi cien años, se encuentra en medio del calor del día,  sentado en la entrada de su tienda. Es entonces que se nos dice se le aparece el Eterno en los encinares de Mamré.
Los versículos que siguen, sin embargo, nos plantean un problema sobre la secuencia de eventos a partir de este punto y existen dos posibilidades:
  1. D-os está hablando con el patriarca antes de la llegada de los tres hombres, por lo que al llegar ellos, interrumpe su diálogo con Él, entendiendo que tales hombres venían de parte Suya.
  2. El versículo 1 es en realidad una introducción que nos indica que el Eterno se apareció a Avraham, y en los versículos posteriores, se describe de forma detallada,  cómo se dio dicha manifestación, a través de estos tres visitantes. Es decir, la aparición del Eterno a Avraham es mencionada  de forma general, para luego especificar los pormenores de este episodio.

Lo más probable, conforme a la estructura del texto es esta última opción, que nos deja al versículo 1 como un comentario introductorio de lo que será desarrollado  a lo largo de Génesis 18.
Ya en el versículo 2, entran en escena  los visitantes  que Avraham divisa  y a los que va a recibir corriendo:

Y alzó sus ojos y miró y he aquí tres hombres que estaban parados frente a él; y los vio, y corrió a recibirlos  desde la puerta de la tienda, y se postró en tierra”.  (Bereshit/Génesis 18:2)


De acuerdo con lo expresado por Daniel Marenco, en este caso, la manifestación divina consiste en tres varones que se aparecen a Avraham y, al verlos, los recibe y  adora.    Pese a que el versículo en ningún momento indica textualmente que se les adora, esta deducción hecha por él y otros, deriva de la última parte del pasaje, en donde dice que, al recibirlos,  el patriarca se postra en tierra y esto es visto como una señal de adoración.
Sin embargo, la idea de que por el hecho de postrarse en tierra  se les rinde adoración es una especulación que pasa por alto el contexto cultural en que transcurre este episodio. Si nos ceñimos  éste, debemos de considerar que Avraham vivió en una época determinada, en la que había ciertas costumbres sociales.  En el caso aquí tratado, el postrarse es netamente una expresión de reverencia, como era común en Medio Oriente y de lo cual el Tanaj deja constancia.
Además  de indicar adoración, como sí sucede en Bereshit 17:13, también es signo de respeto hacia autoridades o personas ilustres. Un ejemplo de esto, se encuentra en Bereshit 33, donde Iaacov, al momento de reencontrarse con Esav, se adelanta a sus esposas, hijos y siervos para postrarse 7 veces ante Esav hasta que llegó:


Y Iaacov alzó sus ojos y vio, y he aquí que Esav venía, y con él cuatrocientos hombres; y repartió los niños entre Lea y Rajel y entre las dos siervas.

Y puso a las siervas y a sus niños primero, y a Lea y a sus niños detrás, y a Rajel con Iosef los últimos.

Pero él mismo pasó delante de ellos y se postró a tierra siete veces, hasta que hubo llegado a su hermano…”
(Bereshit/Génesis 33:1-3)


Aquí, al igual que sucede con la llegada de los tres hombres, Iaacov se postra en tierra, pero  no lo hace una, sino siete veces, como señal de reverencia  y no para rendir culto a su hermano.
Otro ejemplo, en donde el acto de postrarse en tierra no está vinculado al acto de adorar, se encuentra en Shmuel Beit/ 2 Samuel 14:22, en donde Ioav, comandante en jefe del ejército de David, al ser convocado por éste luego de ser informado que su petición en favor de Abshalom fuera aceptada, le saluda como sigue:
Postrándose rostro en tierra, Ioav le hizo una reverencia al rey y le agradeció diciendo:
-Hoy sé que cuento con el favor de mi señor y rey, pues usted ha accedido a mi petición”. 2 Shmuel/ Samuel 14:22
 En este caso, nuevamente, el acto de postración, como el que se describe Génesis 18:2, es una expresión de reconocimiento  y/o respeto hacia la autoridad u honor de otra persona.
De esta forma, Avraham se acerca y postra ante los tres hombres, en señal de respeto hacia ellos como invitados, y conforme a una costumbre de la época.
La afirmación de que este gesto implica un acto de adoración, carece de sustento y, evidencia un desconocimiento  de aspectos culturales que tienen mención incluso en el mismo Tanaj.

Y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia a tus ojos, por favor, te pido no pases de tu siervo…Génesis 18:3

Avraham, al momento de postrarse en tierra, en lugar de hablar a los tres visitantes, enfoca su atención en uno de ellos en particular, al que le llama אֲדֹנָי (Adonai). El uso de esta palabra y  la puntuación vocálica asignada en el versículo, tiene relevancia para entender el sentido con que se emplea en el pasaje:
En este caso, bajo la letra נ (nun), hay una vocal larga “kamatz”, y debido a ello,  se desprende que el  uso de la palabra “Adonai”, en este caso, es en singular, cosa que no pasa cuando se usa la vocal corta “pataj”, en cuyo caso puede asumirse una lectura en plural (“Señores”) en lugar de “Señor”).  En el texto, Adonai es utilizado como una forma de referirse a D-os y no a un simple ser humano.
Por tanto,  una lectura llana y simple de Bereshit/Génesis 18:3, nos indica que Avraham se dirige de forma directa a D-os personificado como uno de estos tres visitantes, mientras que los otros dos son  malajim (mensajeros),  que Le acompañan3.

Otra posibilidad, es que Avraham utiliza el singular para inicialmente hablar al que era el líder de los tres hombres que iba, por costumbre, en medio de ellos y que en este caso, sería D-os mismo, pero que luego se produce un cambio en las conjugaciones verbales, ya que  Avraham ahora incluye a  los otros dos y debido a ello, hay un giro  del singular  al plural.

Esta imagen, en que la deidad viaja junto a dos acompañantes, se encuentra presente en la literatura cananea  y hay quienes piensan podría haber influido o conectarse en este relato 2.

“-Tráigase, ahora, un poco de agua y laven sus pies y reclínense bajo el árbol. Yo tomaré un trozo de pan y restaurarán su corazón. Después habrán de seguir, ya que han pasado junto a su siervo.
Y ellos dijeron:
-Así habrás de hacer, como has dicho”. (Bereshit/Génesis 18:4-5)

La respuesta a lo dicho por Avraham, es dada no por uno, sino por los tres visitantes  y en plural. Daniel Marenco al analizar este giro, que se da a partir del versículo 3, comenta:
Se dirije a ellos en singular como Señor ( Adon, ver.3 ); entonces recibe la RESPUESTA DE LOS TRES ( ver.5 ) Y ellos dijeron: Haz así como como has dicho....”1.

Lo primero a objetar, es que Avraham no se refiere a los tres desde el primer momento, sino a uno, que podemos considerar  su líder, y que de forma simple es identificado como el Eterno mismo. Una vez hecha la petición de que  no pasara de largo, para así  brindarle  hospitalidad, Avraham cambia el foco de su atención y comienza a dirigirse a los tres:
Tráigase, ahora, un poco de agua y laven sus pies y reclínense bajo el árbol...”.
 Es decir, Avraham sigue una secuencia en su discurso, partiendo por el líder de ellos- que hasta la hora vemos es el Eterno personificado-, para luego pedir, que tanto a Él como a sus acompañantes se les lleve agua para lavar sus pies y descansar.
 Una vez dicho eso, los tres le responden, diciendo que haga conforme a lo que les ha dicho, indicando su aprobación en el ofrecimiento hecho por el patriarca. Es por eso que la respuesta en plural, no está relacionada con lo dicho en el versículo 3, donde sólo se dirige hacia uno de ellos, sino con el siguiente, en donde ya Avraham habla a los tres visitantes y en consistencia con ello, éstos le responden en plural. 
Marenco, ante esto, asevera: 
 “Si D’os solo ES UNO la respuesta a Abraham tendría que haber sido en singular de parte del Señor, se tendría que leer así en el ver. 5: El dijo… sin embargo recibe la respuesta de D’os en plural dando a entender que los TRES son el mismo D’os”1.

Sin embargo, una respuesta en singular en el versículo 5,  no se adecúa a lo dicho por  Avraham al final del versículo 4, dado que si bien, como ya comentamos, parte dirigiéndose a D-os en el versículo 3, ahora , en el siguiente, se enfoca en los tres  varones y potenciales invitados y  no en uno solo. Además, difícilmente los otros dos hombres pueden identificarse como parte de D-os mismo (“Dios triuno”), ya que Génesis 19:1, al referirse a ellos, explícitamente los identifica como  ángeles  enviados por el Eterno y no como Él mismo. La idea de que D-os es una unidad compuesta, como lo señalan  por Marenco u otros apologistas cristianos, no tiene cabida en el pasaje mencionado y va contra Deuteronomio 6:4 y otras citas bíblicas que afirman que además de Él no hay otro D-os (Unidad y Unicidad Divinas).
En los versículos que comprenden Génesis 18:6-8, el relato se enfoca en Avraham y Sara preparando los alimentos que ofrecerían a sus invitados. Ya en el versículo 9, trata lo relacionado con la profecía de Sara dando a luz a Itzjak al año siguiente.

Y le dijeron: ¿dónde está Sara, tu mujer? Y dijo: Ella está en la tienda.  Y dijo: Volveré a ti a esta misma época; y he aquí que tendrá un hijo Sara, tu mujer. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda que estaba detrás de él.  Y Avraham y Sara eran viejos y entrados en días; había cesado en Sara la costumbre de las mujeres.  Y se rió Sara dentro de sí, diciendo: “Después de envejecer ¿habrá para mí rejuvenecimiento, siendo también viejo mi señor?” (Bereshit/Génesis 18:9-12)

En principio, son  los tres varones quienes preguntan por Sara, y Avraham les informa que está en la tienda. Luego, uno de ellos habla y anuncia que dentro de un año, en esa misma época, tendría lugar el nacimiento de Itzjak. Sara le escucha  en secreto, y ríe sin creer lo que dice, ya que, como señala el versículo 11, su menstruación  había cesado y era improbable que concibiera.
Ahora bien: el versículo 13,  indica que el invitado encargado de anunciar el nacimiento de Itzjak en el versículo 10 es D-os mismo, en contraposición con los dos ángeles que le acompañan y esto se desprende por el uso del Tetragramatón (יהוה) en el texto hebreo. Cabe señalar, que en esta parte no es que D-os vuelva a aparecer en escena, sino que, aparentemente  y, de acuerdo con la lectura simple, ha estado con el patriarca desde el principio de este encuentro, siendo parte de sus invitados3.
El discurso del varón identificado como D-os continúa en los versículos 13 y 14,  donde reprocha a Sara por mofarse del anuncio hecho hacia ella, recalcando que nada oculto hay para Dios y  repitiendo que en un año se cumpliría lo anunciado a ambos.  En el versículo siguiente, Sara niega haberse reído, pero se le replica diciendo que, efectivamente, sí lo hizo 3. 

 Y se levantaron de allí los hombres, y dirigieron la vista hacia Sedom; y Avraham iba con ellos para acompañarlos”. (Bereshit/Génesis 18:16)

En el versículo 16, los tres invitados miran hacia Sedom, indicando ahora un cambio en su recorrido  y objetivo,  para enfocarse en las misiones por las que fueron enviados: rescatar a Lot y su familia, para entonces ejecutar la destrucción de Sedom y Amorá.

Y HaShem dijo: ¿Acaso habré de ocultar de Abraham lo que Yo estoy por hacer?(Bereshit/Génesis 18:17)

Aquí inicia una de las partes más bellas de este relato, en donde Avraham es tratado por D-os como uno de Sus profetas. Pese a ser D-os el Soberano del Universo, humildemente decide informarle a Su siervo cuáles son Sus planes. Esto en cierta forma rememora las palabras  del profeta Amós:

Pues no hará nada  HaShem Elokim hasta que revele sus designios ocultos a Sus siervos, los profetas”. (Amós 3:7)
Tal como lo menciona Amós, la relación entre HaShem y Avraham era tan íntima, que, como uno de Sus siervos y profetas, le da a conocer Sus designios antes de que tengan lugar.
En los versículos 18 y 19, a Avraham le es revelado su destino y el de su descendencia, que  servirá como bendición a todas las naciones y de la cual surgirá el pueblo de Israel:

Pues Abraham vendrá a ser una grande y poderosa nación, y serán benditas por medio de él todas las naciones de la tierra. Porque le conocí y sé que ordenará a sus hijos y a su casa después de él, a fin de que guarden el camino de HaShem: hacer caridad y justicia; para que HaShem haga venir sobre Abraham lo que dijo acerca de él” (Bereshit/Génesis 18:18-19)

Aquí, además de señalar la prominencia que tendrán (Avraham y su progenie) para el resto del mundo, se expresa la confianza que tiene el Eterno en él, para que cumplan con lo que Él espera de ellos como seres humanos y de esa forma, suceda lo que Él ha anunciado sobre Avraham.

Y dijo HaShem: El clamor de Sedom y Amorá es muy grande y su pecado muy grave. Descenderé pues, y veré que si es según el clamor que viene a Mí hicieron, los exterminaré y si no, Me apiadaré”. (Bereshit/Génesis 18:20-21)
Una vez que se le anuncian al patriarca las bendiciones que el Eterno le dará, se le revela  la destrucción  decretada hacia Sedom y Amorá, consecuencia de la gravedad de sus pecados. Aquí se encuentra una de las declaraciones más importantes  a considerar en el relato y que aluden al descenso del Eterno hacia las ciudades mencionadas para dar retribución a sus actos, de forma similar a lo acontecido en la construcción de la Torre de Babel 4. Sin embargo, al leer el versículo siguiente,  quienes “descienden” son los acompañantes del que hasta ahora  ha  sido identificado como el Eterno y que luego se nos aclara  que son mensajeros y no Él.
El versículo 22, merece especial consideración, por lo que lo comentaré en el siguiente apartado.


¿Avraham permaneció en pie ante el Eterno o el Eterno ante él?: Tikunei Soferim en Bereshit 18

"Y se apartaron de allí los hombres, y fueron a Sedom, y Avraham aún estaba en pie ante HaShem" (Bereshit/Génesis 18: 22)
De acuerdo con la literatura rabínica, en el texto hebreo del Tanaj, existen correcciones o enmiendas hechas por los escribas a algunos versículos, que buscaban remover alusiones antropomórficas  para describir al Eterno, así como también,  evitar cualquier insinuación de desdén o que pudiere resultar ofensiva para referirse a HaShem, reemplazándolas por eufemismos o sustituciones (por ejemplo, el uso de eufemismos como “bendecir a D-os”, en lugares donde el texto hablaba de maldecirLe), sin cambiar el texto como tal. Estas enmiendas se conocen  en hebreo con  el nombre deסופרים   תיקוני (Tikunei Soferim”) y corresponden a 18 versículos5.   
En este contexto, en el Midrash Bereshit Rabá (49:7), Rabí Shimón señala la presencia de una de estas correcciones de los escribas en el texto de Génesis 18:22:

“… Y se apartaron los dos hombres y fueron hacia Sedom, pero Avraham permaneció en pie ante HaShem… (Génesis 18:22)R. Shimón dijo: Este es una enmienda de los Soferim (Escribas) porque la Shejiná estaba verdaderamente esperando a Avraham6. (Midrash Bereshit Rabá 49:7)

De acuerdo con Rabí Shimón, la lectura tradicional de este versículo, es producto de una enmienda  hecha al texto en el proceso de copia y transmisión del texto del Tanaj por los Soferim (Escribas), identificados con los Anshei Knesset HaGuedolá (Hombres de la Gran Asamblea)3,  que fueron los encargados de llevar a cabo esta tarea luego del regreso del exilio babilónico.

La lectura del versículo, de acuerdo con lo anterior, por tanto, debería ser como sigue:
וַיִּפְנוּ מִשָּׁם הָאֲנָשִׁים, וַיֵּלְכוּ סְדֹמָה; וְיְהוָה--עוֹדֶנּוּ עֹמֵד, לִפְנֵי אַבְרָהָם
“Y se apartaron de allí los hombres, y fueron a Sedom, y HaShem aún estaba en pie ante Avraham" (Bereshit/Génesis 18:22)
Génesis 18:22, sin enmienda, da a entender que  es D-os quien está subordinado a  Avraham. El Midrash Shemot Rabá 51: 4, por otro lado, indica que la lectura tradicional del texto es inapropiada debido a que Avraham había acompañado a los ángeles cierta distancia, como se lee en el versículo anterior y, por tanto, realmente es D-os quien permanecía ante Avraham, dada Su Omnipresencia. Sin embargo,  debido a que la redacción parece denostar al Creador, el  orden en el versículo fue modificado por los escribas para evitar blasfemarLe .
Junto con lo antes señalado, la lectura sin enmienda de Génesis 18:22, tiene perfecto sentido en el contexto global de Génesis 18, y permite entender que en realidad, en todo el relato  la presencia de D-os permaneció ante Avraham y que no se vio interrumpida con la llegada de los tres varones. De esta forma,  el versículo 1 nos da una descripción general de lo que empieza a ser narrado a partir del siguiente.  Pero, más relevante que lo anterior, es el hecho de que al ser D-os quien permaneció “en pie” ante Avraham, se destaca la solemnidad del relato subsecuente 3, en donde él interviene  ante el Juez con el fin de salvar a Sedom de la destrucción divina decretada sobre ella y sus habitantes.


Se acercó Avraham y dijo: ¿Acaso habrás de aniquilar al justo junto al malvado? Tal vez haya cincuenta justos en la ciudad; ¿acaso también aniquilarás - y no perdonarás a la comarca - por  causa de los cincuenta justos que hay en ella? Lejos estaría  ante Ti, el hacer tal cosa: matar al justo junto al impío. ¿Y será el justo como el impío? ¡Lejos de ti el hacer así! El Juez de toda la tierra ¿no habrá de hacer justicia?” (Génesis 18:23-25)

Previo a la partida de los dos hombres, D-os le señala a Avraham su intención de no excluirle del juicio que llevaría a cabo, sino que, como padre de naciones, eso es algo que también es de importancia para él. En estos versículos, el patriarca, como todo profeta, demanda justicia de parte del Creador, buscando que  el inocente no sea condenado con el malvado,  por algo que no ha hecho, tal y como lo hicieran Yirmeyahu o  Habakuk, por ejemplo. Pese a demandar retribución por el justo que no merece ser condenado, de igual forma,  intercede por las ciudades que fueron  condenadas a la destrucción por sus pecados, apelando, en más de una ocasión, al mérito de los justos que pudiera haber presentes en medio de ellas (Génesis 18: 26-32).  Esta actitud piadosa y empática, es un ejemplo para los profetas que le siguen y para toda la humanidad.

De alguna forma, D-os probó el corazón de Avraham al informarle sobre Sus planes y mostrarse cercano a él, quien insiste en la necesidad de salvar al justo, aun cuando con sus preguntas, pudiera “colmar la paciencia”  (como se ve en el texto) del Creador. Avraham intenta disuadir a D-os una y otra vez del juicio que pretende ejecutar, pero también reconoce  con modestia ser “polvo y ceniza” (Génesis 18:27), es decir, un mortal, como todos. Pese a su insistencia, en ningún momento recibe una respuesta negativa, sino que, por el contrario, quedan manifiestas la paciencia y bondad de D-os con el patriarca, tal como un padre que responde a las inquietudes de un hijo que comienza a descubrir el mundo que le rodea.

Se retiró HaShem, cuando hubo terminado de hablar con Avraham y Avraham regresó a su lugar”. (Bereshit/Génesis 18:33)

Finalmente, luego del encuentro con los hombres y su posterior diálogo -aparentemente, cn D-os-, Él se retira y Avraham a su vez, vuelve a su lugar, lo que alude no sólo a su hogar, sino sus actividades  luego de su encuentro con D-os, para volver a su vida diaria 4, sin tener que enajenarse o apartarse de su entorno luego de esta experiencia.
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Hasta la hora, y asumiendo una lectura simple del texto de Génesis 18, queda manifiesto que el encuentro con D-os del que se nos habla el versículo 1 tiene lugar a partir de la llegada de los tres varones mencionados en el versículo 2. Durante el desarrollo del relato, y a partir de Génesis 19:1, se nos aclara que dos de ellos son ángeles del Eterno que se dirigen a Sedom y Amorá para liberar a Lot y destruir dichas ciudades. El tercero, en cambio, siempre se expresa en primera persona, como si fuera D-os mismo quien aparece ante Avraham para darle a conocer Sus juicios, a ejecutar y promesas a cumplir. Es éste el  que permanece con el patriarca  hasta el final de Génesis 18 y quien se dirige a él para anunciarle lo que es oculto para el patriarca. Pero: ¿quién es este hombre? ¿Es D-os mismo encarnado, un emisario Suyo? Antes, eso sí, es preciso responder a otra interrogante ¿puede ser Jesús el tercero de los hombres?

Descartando a Jesús como el tercer invitado...

Con base en  el  mismo texto de la Torá (Génesis 18-19), la idea de que los tres invitados de Avraham son la deidad triuna manifiesta en carne, ha sido descartada: Dos de ellos, son mencionados como mensajeros del Eterno (Génesis 19:1). El tercero, sin embargo, da a entender que es Él mismo, personificado para comunicar Sus planes a Avraham.
Suponiendo que, efectivamente, es D-os el que habla con Avraham, es preciso señalar porqué esa manifestación Divina NO  puede ser Jesús de Nazaret/ Yeshúa de Natzrat (como le llaman otros):
El autor del evangelio de Juan,  luego de describir la manifestación a Dios a través del “verbo” hecho carne, señala D-os nadie le ha visto jamás, pero que fue revelado en Jesús: 

A Dios nadie le ha visto jamás: el hijo único, que está en el seno del Padre,  lo ha dado a conocer7. (Juan 1:18)
La misma idea es repetida más adelante en la Primera Epístola de Juan:

A Dios nadie le ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud7. (1 Juan 4:12)

Lo expresado en ambos textos, es que D-os nunca ha sido visto realmente por nadie, sino que sólo se Le puede conocer indirectamente a través de Jesús. Esa declaración, lo descarta como D-os mismo y lo pone como un ser divino que coexiste con Él desde el principio de la creación (Juan 1:1).

Esto, bajo su premisa, indica que Jesús es un ser que en su pre-existencia se encarnó, para aparecer ante Avraham -y en otras situaciones- como una manifestación visible del D-os invisible, al que representa de manera exacta en la  carne, como una “réplica” hecha directamente a partir del original.

El detalle es que tal aseveración entra en conflicto con lo expresado por el mismo NT, tanto en el evangelio de Juan, como en las epístolas paulinas:

“Y la palabra se hizo carne y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria…7” (Juan 1:14)

Esta encarnación del “Logos” (“Palabra”) es presentada como si hubiera ocurrido una única ocasión de la historia humana y  a través de Jesús. El mismo evangelio  de Juan no da indicios de que antes  de esto, Jesús se hubiera manifestado como  hombre. Sí se da a entender su preexistencia (Juan 1:1, Juan 8:58, Filipenses 2:5-8, entre otros), pero no de que se hubiera encarnado antes  y eso incluye la aparición de los tres varones ante Avraham.
Pablo expresa algo similar en la epístola a los Filipenses:

Tengan entre ustedes los mismos sentimientos que Cristo: el cual, siendo de condición divina [lit. "en forma de Dios"], no hizo alarde de ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz7. (Filipenses 2:5-8)

Nuevamente se expresa la idea de que Jesús, siendo de naturaleza divina, se hizo hombre, pero que lo hizo con el fin de cumplir con el supuesto plan divino para redimir a la humanidad. Nada  en el texto indica que previo a ser concebido por María hubiera estado presente en la historia humana sea a través de  una encarnación  o figura angelical. Tanto Pablo como el autor del evangelio de Juan, dan a entender que éste ser  sólo dejó su estado sobrenatural preexistente al nacer y entrar en el mundo como Jesús y no previamente.
Ahora, las epístolas de Pablo, plantean otro problema para los que dicen que el tercer varón es Jesús encarnado o a quienes adhieren a la trinidad:
Por un lado, en Filipenses 2:6 señala la existencia previa de Jesús en la forma de D-os, semejante a Él, mas no que sea de Su misma naturaleza. La afirmación de que Jesús no hizo alarde de su condición divina, da a entender que para él no era importante ser igual a D-os, ya que de hecho, se “vació” de su naturaleza divina, para ser semejante a los seres humanos. Luego explica que es por su obediencia al encarnar, estando dispuesto  a entregar su vida, que se hizo meritorio de  de ser exaltado por D-os:

Se humilló, se hizo obediente hasta la muerte, una muerte en cruz.: Por eso Dios lo exaltó y le concedió un nombre superior a todo nombre, para que, ante el nombre de Jesús,  toda rodilla se doble, en el cielo, la tierra y el abismo; y toda lengua confiese para gloria de Dios Padre: ¡Jesucristo es Señor!”7. (Filipenses 2:8-11)

En este texto, pese a recibir tributo en el cielo, en la tierra y bajo ella, como si fuera D-os mismo (la fraseología de este himno asemeja a la de Isaías 45:23, aplicada a HaShem), nunca alcanza el mismo status que D-os, sino que pese a ser exaltado, está sometido al Creador,  y su exaltación es para la gloria de Dios Padre, como dice el versículo 11.
Por el otro lado, si el Shemá, en donde se expresa la Unidad de HaShem se refiere a una Unidad compuesta, en este caso, por Padre, hijo y espíritu santo, formando así una trinidad, lo lógico sería que existiera una igualdad jerárquica en cada uno de sus componentes. Sin embargo, Pablo, en la Primera Epístola a los Corintios afirma:

Porque ha sometido todas las cosas bajo sus pies. Mas, cuando diga que “todo está sometido”, es evidente que se excluye a Aquel que ha sometido a él todas las cosas. Cuando hayan sido sometidas a él todas las cosas, entonces también el Hijo se someterá a Aquel que ha sometido a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todo7.(1 Corintios 15:27-28)

De acuerdo con esto, incluso Jesús está sujeto a Dios Padre y difícilmente alguien que está sujeto a D-os puede ser Él o una parte Suya. El Jesús de Pablo, si bien es preexistente y de naturaleza divina, no es visto como D-os mismo, sino como estando sujeto a Él. Esta afirmación de Pablo, nuevamente, entra en conflicto con el concepto de trinidad, donde sus partes son igualmente Dios, sin que una sea superior a las otras o que una someta a las otras dos. Eso incluso viola el principio Unidad de D-os, que es absoluta-contrario a las afirmaciones cristianas trinitarias-, expresado en Devarim 6:4:

Escucha, Israel, HaShem nuestro D-os, HaShem UNO es”.  (Devarim/ Deuteronomio 6:4)

Asimismo, en la Epístola a los Filipenses, Pablo expresa que Jesús es llamado “Señor” (Kyrios) debido a su obediencia y muerte en la cruz 8:

Por eso Dios lo exaltó y le concedió un nombre superior a todo nombre, para que, ante el nombre de Jesús,  toda rodilla se doble, en el cielo, la tierra y el abismo; y toda lengua confiese para gloria de Dios Padre: ¡Jesucristo es Señor!”7. (Filipenses 2:9-11)
De acuerdo con esto, la exaltación y preeminencia de Jesús en la creación es consecuencia de su sumisión y sacrificio y sólo luego de esto es que Jesús es y será reconocido como “Señor8.
 Esto descarta de plano la idea de que uno de los tres varones  que se aparecen ante Avraham sea Jesús en una etapa previa a su encarnación y que sea él a quien Avraham le denominara “Adon-ai  (“Señor”) al momento de recibirles8.  El acontecimiento narrado en la Parashá Vayerá tuvo lugar  previo a que  Jesús obtuviera su supuesta exaltación y  título de Señor, que es aquí ya aplicado por el patriarca en el versículo 3,  y mucho antes de que la única encarnación de este ser “preexistente” -de  la cual el NT deja constancia (Juan 1:14; Filipenses 2:8-11)- tuviera lugar 8.

¿D-os encarnado o en apariencia humana ?

La complejidad de Bereshit 18 queda manifiesta desde el inicio del relato. Por ello, para entender la identidad  del tercer visitante, que aparentemente es D-os mismo, es preciso analizar lo que sucede con los dos hombres que, como ya sabemos, eran ángeles:
"Y vinieron los dos ángeles a Sedom, por la tarde..." (Bereshit/Génesis 19:1)

En Génesis 18:22, ambos se dirigen a Sedom con el propósito de  rescatar a Lot y su familia, antes de destruirla, que es lo que declaran más adelante en Génesis 19:

 "...Pues vamos a destruir este lugar, porque se aumentó su clamor (contra ellos) ante la faz del Eterno, y nos ha enviado el Eterno para destruirlo...". (Bereshit/Génesis 19:13)
Antes de partir, Génesis 18 da la impresión de que quien desciende hacia Sedom y Amorá ¡es D-os mismo!:

"Entonces HaShem le dijo a Abraham:"El clamor contra Sedom y Amorá resulta ya insoportable, y su pecado es gravísimo. Por eso bajaré, a ver si realmente sus acciones son tan malas como el clamor contra ellas me lo indica; y si no, lo sabré. Y se apartaron de allí los hombres, y fueron a Sedom, y HaShem aún estaba en pie ante Avraham" (Bereshit/Génesis 18:20-22)
Pero ya vimos que quienes descienden son en dos ángeles. Mas,  Génesis 18:20-22 indica lo contrario: es Él.
En Génesis 19:12-13, los ángeles informan a Lot que los pecados de las dos ciudades subieron hacia el Eterno y debido a ello, fueron enviados a destruirlas:

Dijeron los hombres a Lot: ¿A quién más tienes aquí? Yernos, tus hijos y tus hijas y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo del lugar. Pues vamos a destruir este lugar, ya que grande es su clamor ante HaShem y nos ha enviado HaShem para destruirla. (Bereshit/Génesis 19:12-13)

 Una vez ejecutado el juicio de HaShem, Génesis 19:24-25 dice que es D-os Quien las destruyó, pese a que los ángeles declararon haber ido allí  para cumplir ellos con dicho cometido:

Y HaShem hizo llover azufre y fuego, de HaShem, desde el cielo, sobre Sedom y Amorá. Arrasó aquellas ciudades y toda la llanura y todos sus habitantes y la vegetación de la tierra(Bereshit/Génesis 19:24-25)
                      
Ante esto, surge la pregunta de si existe una contradicción en ambas afirmaciones. La respuesta, al leer en conjunto Génesis 18 y 19 y complementarlo con otras citas del Tanaj, es un rotundo NO.

Un principio establecido en la Torá, es que ningún ser humano puede ver directamente a D-os y sobrevivir a esto. En Éxodo 33:20 dice:
 
Y dijo: No podrás ver Mi rostro, ya que no puede verme un hombre y vivir”. (Shemot/ Éxodo 33:20)

 De acuerdo con esto, es bastante difícil que los hombres que visitaron a Avraham y Sara fueran D-os  como tal o una parte Suya, ya que la Torá declara que ningún ser humano puede ver Su “rostro” y vivir,  mientras que en la Parashat Vayerá, tanto el patriarca como su esposa, siguieron con vida 8 por mucho tiempo después de esta aparición de los tres varones, por lo que, ninguno de ellos  puede reconocerse como D-os mismo.

Por otro lado, la Torá enseña que cuando Israel entrara a Canaán, D-os enviaría un mensajero celestial (ángel), que iría en representación Suya para trasmitir Sus instrucciones al pueblo y por tanto, debían obedecerle, como si Él fuera quien las transmite:

He aquí que Yo envío un ángel delante de ti para custodiarte en el camino y para traerte al lugar que Yo he predispuesto.
Cuídate ante su presencia y obedécele, no te rebeles contra él, pues él no perdonará vuestras transgresiones; ya que Mi nombre está en él.
Pero si escuchas su voz e hicieres todo lo que Yo digo, hostigaré a tus enemigos y hostilizaré a tus adversarios.
Puesto que va a ir Mi ángel ante ti y te traerá hacia el amorreo, el hitita, el ferezeo, el cananeo y el hiveo, al yevuseo y los destruiré”. (Shemot/Éxodo 23:20-23)

 La idea implícita en el texto, contrario a las interpretaciones cristianas-que buscan identificar en este pasaje a Jesús-,  es que D-os enviaría un ángel(es) con el fin de custodiar a Su pueblo, pero además, serían encargados de actuar como ejecutores de Su voluntad, y transmitir Sus palabras. Debido a esta autoridad temporal que el Eterno les delega, se les debe prestar atención a sus palabras, ya que lo que anuncien, no es algo que nazca de ellos, sino que viene desde lo Alto.
En Génesis 19, los dos ángeles señalan a Lot que el clamor de las ciudades ha subido hacia el Eterno, mas no hacia ellos. Después, al destruir, se considera que Él lo hace, aun cuando en la práctica la sentencia es cumplida por Sus mensajeros.  
Guardando las distancias respectivas, las palabras vinculadas a la obediencia a las palabras los ángeles enviados por el Eterno  están en cierta forma relacionadas con Devarim 18:18-19 respecto al rol de los profetas:

Profeta  haré surgir de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré Mis Palabras en su boca, y habrá de hablarles, todo lo que Yo le ordene. Y el hombre que no escuche Mis Palabras -lo que él hablare en Mi Nombre- Yo lo demandaré a él”.  (Devarim/Deuteronomio 18:18-19).

Al leer en el Tanaj, cuando los  profetas comunicaban las palabras del Eterno y luego de la fórmula introductoria "Así dice HaShem...",  la forma de transmitirlas era en primera persona, aun cuando claramente los profetas no eran D-os.  En otras ocasiones, en el Tanaj expresa como si D-os hablara directamente con el destinatario de Su mensaje, aun cuando es comunicado a través de un profeta. Un ejemplo de ello, está en Isaías 7. Si leemos desde el versículo 3 que el profeta es enviado a hablar con el rey, junto a uno de sus hijos, debido a la amenaza siro-efraimita que se cernía sobre el reino de Judá. Sin embargo,  en el versículo 10, dice:

 וַיּוֹסֶף יְהוָה, דַּבֵּר אֶל-אָחָז לֵאמֹר

“HaShem volvió a hablar a Ajaz…” (Yeshayahu/Isaías 7:10)

Desde el primer  versículo, en que el profeta es enviado hacia el rey, queda claro que es él  quien comunica las palabras del Eterno a Ajaz, haciendo de portavoz o mensajero, tal y como está descrito en Devarim 18:18-19 sobre los profetas. El versículo 10, por otro lado,indica que el Eterno e habla con Ajaz nuevamente, como si ya lo hubiera hecho previamente. Es más: para referirse a D-os, se utiliza el Tetragramatón en el texto hebreo. Pero en todo el capítulo, la única interacción entre Él y el rey es a través del profeta. En el versículo 10, pese a que explícitamente se usa el Tetragramatón, es Isaías quien comunica al rey las palabras divinas, sin que con ello implique que sea divino.
Al igual que los profetas, en general y en el ejemplo citado, los tres varones mencionados sólo van en representación  de D-os  y al transmitir Sus palabras, pueden hablar como si fueran Él mismo, mas no son Él en la realidad.
El Eterno, en cada uno de estos casos, delega autoridad a Sus servidores, sean seres humanos o ángeles, mas eso no los hace tener una naturaleza divina o ser parte de Él y asimismo, aun cuando se nos dice en estos  casos es Él quien actúa o habla, la idea subyacente es que todo está supervisado o decretado por Él, pese a que los ejecutores sean simplemente criaturas, como los ángeles en Génesis 18, o el rey de Babilonia que cumple las palabras de Isaías 29:1-3, etc. Aun cuando no lo sepan, cada uno de ellos sirve a la voluntad del Eterno.
El caso de los tres varones es uno de ellos, en donde les es conferida autoridad por el Eterno y son enviados con funciones específicas en cada caso:
Así, el que se continúa hablando con Avraham, si bien es identificado con el Eterno, es un ángel que tiene la misión de anunciar el futuro nacimiento de Itzjak, las bendiciones que recibirían Avraham y su descendencia e informarle sobre los planes de D-os para destruir Sedom  y Amorá. Es decir, este ángel fue enviado para hablar directa y específicamente con Avraham. Los otros dos, en cambio, si bien interactúan con el patriarca, tienen la misión específica de rescatar a Lot y su familia, junto con destruir las ciudades de Sedom y Amorá.
Finalmente, cuando desaparece el tercer varón vemos que la Torá dice:

Se retiró Adon-ai, cuando terminó de hablar con Avraham y Avraham regresó a su lugar”. (Bereshit/Génesis 18:33)
En toda esta aparición inusual del Eterno que es descrita desde el inicio de la Parashá Vayerá, no es Él quien habla con Avraham, pese a lo que la fraseología nos indica en una simple lectura, sino tres de sus emisarios, que van en representación Suya y a cumplir con las tareas que Él le hubiera sido asignado. El uso del Tetragramatón, por otro lado, guarda relación, como se mencionó, con el hecho de que estos ángeles no van en Su nombre; por su propia cuenta, sino en el del Eterno y las palabras que transmiten a Avraham, el profeta y patriarca, no son Suyas, sino las de Él. 


Conclusión 

Pese a  las apariencias, cabe señalar que los tres hombres que se aparecen ante Avraham y Sara, no son sino ángeles en apariencia humana, enviados con propósitos específicos  de parte de D-os, a Quien representan. Sin una lectura atenta de los textos de Bereshit 18 y 19, se transmite la idea errónea de que los mensajeros – o por lo menos uno de ellos- que visitan  Avraham D-os mismo, cosa que el mismo Tanaj desecha, al señalarnos que ningún ser humano puede ver el “rostro” de  D-os y permanecer con vida. A su vez, se descarta que los varones sean  Jesús junto a dos ángeles o la trinidad, ya que la Torá explícitamente dice que dos de ellos eran ángeles y en cuanto al tercero, el mismo NT señala que Jesús se hizo hombre en el momento en que estuvo aquí en la tierra para obedecer  y cumplir lo que él consideraba el propósito de D-os y así también,  pese a hablar de su preexistencia, deja de lado que Jesús se hubiera manifestado en carne antes de su nacimiento a través de María.
Referencias bibliográficas
  1. Trinidad y Tanaj”, disponible en el sitio web:  http://serjudio.net/trinidad-y-tanaj/
  2. Berlin A., Zvi Brettler M. (2004) “The Jewish Study Bible: Featuring the Jewish Publication Society Tanakh Translation”.  Second Edition (pp. 39-41). New York, USA: Oxford University Press.
  3.     Katz B. “God’s Appearance to Abraham: Vision or Visit?”  Recuperado de: http://thetorah.com/vayera-vision-or-visit/
  4.   Se revisaron algunos comentarios a Bereshit/Génesis 18 y 19  en la “Torá y Haftarot en Versión Castellana” por el Rabino Marcos Edery, disponible en el sitio web: www.masuah.org/Jumash/              
  5.      De acuerdo con Okhlah v-Okhlah, las 18 Tikkunei Soferim clásicas se encontrarían en los siguientes pasajes del Tanaj: Gén.18:22, Núm. 11:15, 12:12, 1Samuel 3:13, 2 Samuel 16:12, 1 R. 12:16, 2 Cr. 10:16, Jer. 2:11, Ez.  8:17, Os. 4:7, Hab 1:11, Zac. 2:12, Mal. 1:13, Sal. 106:20, Job 7:20, 32:3, Lam. 3:19. Para un análisis más detallado al respecto, sugiero consultar el artículo de Avrohom Lieberman, titulado “Tikkunei Soferim, an Analysis of a  Masoretic Phenomenon y que está disponible en: http://hakirah.org/Vol%205%20Lieberman.pdf
*Por otro lado y como comentario aparte, y como verdadera enmienda, debería incluirse  Devarim/ Deuteronomio 32:8, en donde el TM lee: “…fijó los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel”, mas, sin embargo, en los mss. de Qumrán y la LXX  se lee “…según el número de los hijos de Elohim”. Esta es probablemente una edición hecha por los escribas al versículo mencionado y según el contexto, la lectura de Qumrán y la  LXX sería la más adecuada. Nota del autor.                                                                                                              
  1. El Midrash y el TM fueron consultados en los sitios, respectivamente: http://www.sefaria.org/ y http://www.mechon-mamre.org/
  2.  Las citas del NT fueron tomadas de “La Biblia de Jerusalén” y “La Biblia de Nuestro Pueblo”-con adaptaciones al español cotidiano-, disponibles en los sitios web: http://www.pastoralbiblica.org/BIBLIA%20JERUSALEN/indexbibliaconlibros.html.  http://www.bibliadenuestropueblo.com/BNP_OL_01.asp
  3. Sigal G. “The Oneness of God”. [Kindle Edition], disponible para venta en: http://www.amazon.com/Oneness-God-Gerald-Sigal-ebook/dp/B00IQUEW0U/ref=sr_1_1?s=digital-text&ie=UTF8&qid=1417645777&sr=1-1&keywords=the+oneness+of+god+gerald+sigal





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